¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1694

Capitulo 1694

Jimena fue privada de su respiracion, se sentia incomoda y sin alternativas, extendiendo su mano para empujar a Orson.

Una de las manos de Orson rodeaba su cintura con fuerza, presionandola contra él, impidiéndole escapar.

La otra mano presionaba la nuca de Jimena, besdndola con fuerza, y no importaba cuanto ella intentara empujarlo, no podia liberarse.

La afioranza de Orson por Jimena era demasiado intensa, y las palabras que ella habia dicho antes habfan pinchado su corazon profundamente.

Una vez que sus labios tocaron los de Jimena, ya no queria soltarlos.

Ademas, desde su separacion de Jimena, habfan pasado tres afios en los que no habfa tocado a otra mujer, y la agitacién y necesidad de su cuerpo ya hablan superado su racionalidad.

Besando apasionadamente la dulzura de Jimena, sin poder contenerse, la levanté en brazos y camind rapidamente hacia la habitacién.

Presionandola contra la cama, los besos vinieron con una violencia ardiente.

Al principio, la mente de Jimena se resistia con todas sus fuerzas, pero su cuerpo no podfa resistir la afioranza por Orson.g2

Gradualmente, se debilitaba bajo sus besos, hasta que su mente quedé en blanco.

Cuando Orson la bes de nuevo, las pestanas de Jimena parpadearon.

Orson era un maestro en el arte del amor, capaz de conquistar a cualquier mujer si él lo deseaba, sin importar cuanto se resistiera.

Después de escuchar las verdaderas palabras de Jimena, Orson comprendié sus mas sinceros. sentimientos.

Se dio cuenta en un instante de que no era que ella no lo quisiera, sino que no podia superar que él hubiera tenido algo con Priscila.

Para borrar sus dudas, la mejor manera era volver a hacerla su mujer.

Orson tenfa una técnica de besos sublime, y en poco tiempo, Jimena yacia rendida bajo su asalto. Lo que habfa comenzado como una violenta discusion, se transformé en un ardiente coqueteo.

Esa noche, Jimena, turbia y sumida en la embriaguez, cay6 rendida ante la belleza sin igual de Orson y su habilidad suprema.

No sabfa cuanto tiempo habia pasado, cuando Jimena, exhausta, cayé en un suefio profundo, y Orson se tumbo pesadamente a su lado, abrazandola para dormir juntos.

Cuando Jimena desperto, se encontré siendo abrazada por Orson, con su brazo formando un circulo alrededor de ella.

La temperatura de su cuerpo era mas alta que la de ella, haciéndola sentir calida y segura de una manera inexplicable.

1/2

18:22

Su mirada se posaba en el pecho definido de Orson, de un color trigo saludable, lleno de una belleza masculina.

Al recordar como ese pecho perfecto y fuerte la habia envuelto la noche anterior, invitdndola a sumergirse en su dulzura, Jimena sinti6 un escalofrio y su rostro se calenté involuntariamente. Al pensar en lo ocurrido, Jimena se sinti6 frustrada.

Habfa decidido que nunca mas tendrfa nada que ver con Orson, jy sin embargo habia tenido con él el encuentro mas intimo!

;Coémo podia no haber nada entre ellos después de eso?

Mientras Jimena se reprochaba a si misma, recordé repentinamente que ella lo habia rechazado el dia anterior.

Si, habfa rechazado a Orson, habia intentado empujarlo, jpero él habia insistido en tener relaciones con ella!

Con ese pensamiento, Jimena sintié que tenia la ventaja, agarré el pecho de Orson y mordié con fuerza.

“jAuch!” Orson, en su suefio, sintié el dolor y se sent instintivamente.

Cubriéndose el lugar del mordisco, se gir6 para ver a Jimena con sus grandes ojos redondos, mirandolo con una mezcla de tristeza y enojo.

Orson fruncio el cefio y dijo: “Jimena, ;eres un perro o qué, mordiendo a la gente asi?”

Dicho esto, solté su mano para mirar la marca del mordisco, y se llevé un susto al verla: en su pecho izquierdo habfa una impresién profunda, y en los lugares donde los colmillos habian penetrado, incluso habia sangre brotando.

“iMaldicién! Me has mordido hasta hacerme sangrar, ;ahora tengo que vacunarme contra la rabia o qué?” Orson escupié una maldicién, sus ojos de zorro miraba a Jimena con ira.

“¢Vacunarse contra la rabia? Orson, jpor qué tienes que hablar tan feo? jVete de aqui!” Jimena, enfadada, se sent6 y le dio una patada en la cintura a Orson.

Orson esquivd y cayo al suelo, mientras la manta que lo cubria se deslizaba completamente.