¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1682
Capitulo 1682
El dron aterrizé al borde del jardin, y un nifio de unos siete afios, de rostro atractivo y frio, con un par de ojos negros que irradiaban un aire gélido, se acercé y lo recogié.
Desmonté la cdmara que llevaba encima y la guardé en su mochila.
“¢Mam4, como has estado? ;Nos has extrafiado?” preguntaba el nifio con el rostro ligeramente hinchado, su joven ceo fruncido en una mueca de preocupacion y la nostalgia estaba a punto de desbordarse de sus oscuros ojos.
u teléfono celular, listo para revisar el video que el dron acababa de capturar.
De repente, sinti6 una presion opresiva detras de él, algo siniestro que le hizo estremecerse. Se gird répidamente y se encontré con la imponente figura de un hombre en uniforme militar. Su corazén se hundié al seguir la linea del abdomen del hombre hasta encontrar un rostro maduro y autoritario.
“Abel Griera, jsabes qué castigo conlleva escapar sin permiso de la escuela militar?” pregunté el hombre con severidad.
El nifio, que habfa estado estudiando en la escuela militar durante tres afios, era Abel, el gran tesoro de Elia.
Abel se congel6 por un segundo, luego se puso firme, adoptando una postura militar, apretando el dron en su mano, temeroso de ser descubierto, y respondié con seriedad: “Reportando al oficial Gil, no lo sé.”
"iRegresa inmediatamente y corre diez vueltas con peso!” ordend el oficial Gil con voz potente.g2 "iSf, sefior!” Abel acept6 la orden sin protestar.
Tres afos de entrenamiento militar le habfan ensefado I& importancia de la disciplina y la autoridad.
Habfa quebrantado las reglas y, por lo tanto, debfa aceptar su castigo.
Sin embargo, extrafiaba tanto a su madre que no pudo resistir la tentacion de escaparse solo para echarle un vistazo.
Pero le preocupaba alarmarla, asi que tenia que verla a escondidas
Todavia no podia dejar la escuela, y un encuentro precipitado con su madre podria traerle problemas no solo a él sino también a ella.
Por eso Abel eligi6 ver a su madre en secreto.
El oficial Gil se adelant6, partiendo primero, y antes de seguirlo, Abel miré hacia atras con anhelo hacia la ventana atin iluminada.
Sus ojos jovenes y oscuros estaban llenos de anhelo
Solo tenia que aguantar un afio mas para poder salir de la escuela y ver a su madre abiertamente.
Debia ser fuerte.
Tres dias después.
nta llegé con Fred y Adora a visitar a Jimena. Jacinta se quedé en casa cocinando
s Jimena llevaba a los nifios a jugar en el tobogén del parque.
Cuando los nifios se cansaron, Jimena los llevé de vuelta para beber agua. Justo cuando las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse, alguien afuera presiond el boton para abrirlas.
En ese instante en que las puertas se abrieron, Jimena vio al hombre que estaba en la entrada, era Orson, alto y atractivo, con un aire seductor.
Desde que no llegaron a un acuerdo la Ultima vez, Jimena no habia visto a Orson en tres dfas. Ahora que apareci6 de repente, le tomo por sorpresa.
Instintivamente, reunié a los nifios a su lado y se acercé mas al interior del ascensor.
Orson, con sus hermosos ojos de zorro, la miré sin disimulo y entré.
Las puertas se cerraron y el espacio reducido entre las cuatro personas se volvié extremadamente estrecho, provocando latidos irregulares del corazon.
Jimena, nerviosa, sostenfa los hombros de los nifios y bajaba la cabeza sin decir una
palabra.
Fred y Adora, con las cabezas altas y ojos infantiles llenos de curiosidad, observaban a
Orson.
Después de un rato, Fred pregunté: “Mami, ;por qué los ojos de este hombre malo son iguales a los de Adora?”
If you find any errors (non-standard content, ads redirect, broken links, etc..), Please let us know so we can fix it as soon as possible.
Report