¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1598

Capitulo 1598

Elia lleg6 a la entrada del hospital y comenz6 a bajar las escaleras.

Habfa muchas escaleras en la entrada del hospital, un total de diez peldafios que necesitaban ser descendidos uno por uno.

Apenas habia bajado unos escalones cuando Elia se detuvo de repente. Su corazédn dio un vuelco, invadida por una sensacion de inquietud.

Su sexto sentido la obligé a mirar hacia atras, donde vio a Asier luchando para bajar las escaleras en su silla de ruedas.

De repente, perdi el control de una de las ruedas y la silla comenz6 a inclinarse peligrosamente hacia adelante

Asier estaba a punto de caer.

En ese instante, el corazén de Elia se acelerd y grité: “Cuidado!”

Gracias a su agilidad e instinto, forjados a lo largo de tres afos, Elia avanzé rapidamente y en dos grandes pasos alcanzo la silla, agarrandola firmemente justo antes de que se volcara.

Debido a la urgencia y la fuerza aplicada, una de las ruedas de la silla de ruedas cayé sobre su espinilla, deslizdndose hacia abajo y rasgufiando su piel antes de tocar el suelo, aprisionando su pie.g2

“jAy...I" El dolor la hizo emitir un grito involuntario.

Todo ocurrié en cuestion de segundos, tan rapido que apenas hubo tiempo para reaccionar.

Al oir el grito de Elia, Asier giré su mirada hacia ella, lleno de preocupacion: “;Te has lastimado?” La silla de ruedas todavia estaba en las escaleras y Elia, sin preocuparse por si misma, sabia que cualquier descuido podria hacer que se deslizara de nuevo.

Rapidamente, dijo: “Estoy bien.”

Con un esfuerzo, levantd un poco la rueda para liberar su pie y luego, con cuidado, empez6 a bajar la silla por los escalones.

Una vez en terreno plano y sin esperar una respuesta de Asier, Elia dijo: “Hay una rampa para sillas de ruedas al costado, jpor qué no la usaste? ;Todavia piensas que puedes ir a cualquier parte sin problemas, como antes?”

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Sus palabras tenfan la intencién de ensefarle sentido comdn a Asier, pero no pudo evitar reprocharle.

;Era consciente del peligro que habfa corrido?

Si ella no hubiese tenido ese presentimiento y se hubiese dado vuelta, Asier habria caido por las escaleras, arrastrando consigo la silla de ruedas.

Habia sufrido un golpe grave en la cabeza anteriormente; una caida més podria haber sido desastrosa.

Con la mirada fija en ella, Asier replicé: “;Dénde te lastimaste? Deberfas ver a un médico.”

Era obvio que la habia oido quejarse del dolor; debia ser una lesion grave, de lo contrario, Elia no habria emitido un sonido.

Era como hace tres aos; Asier preferirfa lastimarse antes que ver a Elia lastimada,

incluso minimamente.

Elia retrocedié un paso, intentando evadir su mirada preocupada, pero esa mirada intensa y escrutadora le hacia latir el corazén con fuerza, su respiracién se

entrecortaba y, mirando a otro lado, dijo: “Estoy bien, la rueda de la silla me lastimo el pie, pero ya no duele.”

"¢De verdad?” Asier segufa sin estar convencido.

“Por supuesto.” Elia aseguro y sacé su teléfono del bolsillo: “Voy a llamar a Bruno para que venga por ti."

Hasta ese momento, Elia habfa pensado que Asier habfa ido a la recepcion del hospital para pagar la cuenta de Maximiliano, pero no esperaba que estuviera saliendo del hospital.

Que Asier volviera a casa solo claramente no era seguro, probablemente Cecilia estaba atendiendo a Maximiliano y no podia acompanarlo.