¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1595

Capitulo 1595

Elia observé como Cecilia tomaba la mano de Asier, tan naturalmente, tan intimamente, y Asier no mostraba intencién alguna de retirarla.

Ese tipo de contacto, seguramente era normal entre ellos; estaban tan familiarizados entre si que no habia rastro de extrafieza.

De repente, Elia record6 que antes, Asier solamente permitia que ella lo tocara. Si otra mujer, incluso por accidente, lo tocaba, él se enfurecia y buscaba responsabilizar a esa mujer.

Liuva Gallardo era un ejemplo clasico. Cada vez que Liuva intentaba tocar a Asier, terminaba siendo apartada con un empujon.

Y ahora, él permitia el contacto de Cecilia con tanta naturalidad.

Parecia ser que ya habia aceptado el contacto fisico con Cecilia y que ya no era imprescindible solo para ella.

Al darse cuenta de esto, Elia sinti6 como si una pesada piedra la aplastara sobre su corazén, un peso insoportable y un dolor sutil y difuso.

Contuvo la respiracion, intentando controlar el dolor espontéaneo de su corazén, queriendo parecer totalmente indiferente.

Pero la razon, al final, no puede suprimir los verdaderos sentimientos del corazén.g2

“Ya que él esta bien, me voy a retirar”, dijo Elia con voz débil, y se preparé para irse.

No tenia el coraje de seguir alli, viendo cuan intimos eran Asier y Cecilia.

Aunque Asier habia dicho antes que la decisién de Benjamin no representaba su voluntad, tampoco habfa aclarado si él y Cecilia se casarfan el afo siguiente.

Tal vez, no podia esperar hasta el préximo afio y querfa casarse con Cecilia incluso

antes.

Por el bien de Cecilia, para eliminar la espina en su corazén, Asier habia permitido que Liuva la matara.

Elia no podfa olvidar aquella vez que Liuva la amenazé y Asier hablé con tal decision, como si la muerte de ella no le hubiera hecho ni parpadear.

Cecilia realmente era el tesoro de su corazon; es probable que realmente no podia esperar hasta el préximo afo para casarse con ella.

Elia se dio la vuelta para irse, y nadie la detuvo.

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Capitulo 1595

Belén observé su partida con una mirada que destellaba odio.

La presencia de Elia le recordaba constantemente que su esposo habia estado con otra mujer.

iElia era un obstaculo en su corazén! ;Cémo podria verla con buenos ojos?

Cecilia originalmente no queria prestar atencion a Elia, pero al ver que Asier la miraba, ella también siguié su mirada hasta que Elia desaparecio por el pasillo de emergencias. Cecilia volvié en si, pero vio que Asier todavia miraba el lugar donde Elia habia desaparecido. Se sintié incomoda, pero por el bien de la situacion, Cecilia sonri6 y le dijo a Asier con elegancia y sabidurfa: “Asier, mi papa ya casi sale, te moveré a un lado.” Ella iba a tocar el manubrio de la silla de ruedas cuando la

baja de Asier dijo: “No est necesario, puedo moverme solo. Ustedes cuiden de Maximiliano, no quiero estorbar con mi dificultad para moverme.”

Dicho esto, comenzé a empuijar su silla de ruedas hacia el final del pasillo.

Cecilia quiso seguirlo, pero Belén la detuvo y le dijo seriamente: “Ahora lo importante es tu padre, también dale a Asier un poco de espacio personal. Con los hombres, debes mantener una distancia prudente, no seas demasiado pegajosa. Cuanto mas te apegas,

mas los irritas.”

"iMama, como sabes eso?" Cecilia pregunté con frustracion.

“Soy una mujer con experiencia, por supuesto que lo sé. Mira a tu padre, tan exitoso, y aun asf eligi¢ casarse conmigo y vivir toda una vida juntos”, dijo Belén, con un tono de orgullo en sus palabras. "Sf, una vida juntos, pero él todavia tuvo una hija fuera del matrimonio, sno es asi?" Cecilia hablé con enojo, llena de prejuicios hacia Elia.

“;Qué dices? ;Estas tratando de clavarme un pufial en el corazon?” Belén sintié un dolor punzante, profundamente herida por las palabras.