¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1582

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Elia también gir6 la cabeza al escuchar la pregunta, mirando a Tomeo con la misma confusion. “Uno de sus disefios fue adquirido por el Grupo Fuentes y el otro por el Grupo Griera, ustedes son responsables de la comunicacion clave del trabajo, ;quiénes mas podria encargarse de la recepcion si no son ustedes?” La légica presentada por Tomeo hacia imposible cualquier contraargumento. Sin embargo, siempre habia una manera de evadir el punto central, de encontrar un problema desde un éngulo diferente.

"Somos disefiadores, no parte del departamento de recepcion. Mejor busca a alguien mas.” Su actitud era firme.

Tomeo suavizd su postura, casi suplicante, y con una sonrisa le dijo: “Es gracias a ti que la comparifa ha logrado colaborar tanto con el Grupo Fuentes como con el Grupo Griera. Tt eres la joya de nuestra empresa, y cuando llegan visitantes distinguidos, es natural que queramos mostrar nuestra mejor cara.”

Ella le lanzé una gran mirada de desdén a Tomeo: “;Joya de la empresa? ;No recuerdas quién queria despedirme hace un tiempo?” Tomeo era el tipo de persona que sabfa como ajustar sus velas al viento, un rasgo que ella despreciaba. Pero, dado que era su jefe, habfa estado tolerando su comportamiento, manteniendo siempre. una cara amable.

Ahora, al ver que Tomeo intentaba convencerla de impresionar al Grupo Fuentes, le provocaba desprecio. No podia evitar sentir un profundo desdén hacia él.

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"Vamos, tl no eres de las que guardan rencor. Me equivoqué antes, y te pido disculpas. Si vuelvo a mencionar despedirte, renuncio a mi cargo de gerente en el acto!” Tomeo se puso de pie, prometiéndolo con conviccién.g2

Sin esperar una respuesta, Tomeo continué: “Por favor, mi querida sefiorita, mi joya, en unos minutos llegaran los representantes del Grupo Fuentes y del Grupo Griera. Accede a recibirlos...” Descuidar a los representantes del Grupo Fuentes y del Grupo Griera serfa como ofender a ambas empresas. ;C6mo podria Tomeo

asumir tal error?

El llamado de “querida seforita” de Tomeo la hizo sentir bien, y aunque no queria darle problemas, no podia soportar su actitud prepotente y abusiva.

Ademas, no queria perder su trabajo. Tenia un hijo que mantener, y cada gasto contaba, asi que no podia permitirse un capricho

"Esta bien, vamos a recibirlos.” Supo cuando era el momento de

ceder.

Se levantd y Elia también lo hizo. Elia acababa de unirse y todavia no estaba muy familiarizada con la empresa, asi que siempre seguia su ejemplo.

Cuando Tomeo les pidié que recibieran a los invitados, ella se quedé callada, esperando la decision de Jimena

Ahora que habfa aceptado, naturalmente ella también lo harfa.

En el vestibulo de la empresa, el personal de recepcion ya estaba listo, alineados en dos filas, todos ellos con un comportamiento respetuoso y cauteloso.

Justo cuando Jimena y Elia llegaron, los invitados hicieron su

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aparicion.

Orson, que caminaba al frente, vestia una camisa blanca con las mangas recogidas hasta los codos, dejando ver sus brazos largos y musculosos, y con dos botones desabrochados en el pecho, emitiendo una seductora atraccién masculina.

iEra el epitome del encanto rebelde!

Al llegar, las empleadas que estaban a ambos lados no pudieron dejar de mirarlo fijamente, sus ojos segufan cada movimiento de Orson.

Algunas incluso no pudieron contener sus expresiones y se dejaron llevar por su admiracién en el acto.

Orson, con el rabillo del ojo, capté las miradas de esas mujeres y una sonrisa maliciosa se curvé en sus labios, como si estuviera

complacido con su propio encanto.

Detrés de él, siguiéndolo, estaba Bruno, vestido con camisa y pantalén negro, el atuendo estandar de un empleado de Asier, siempre predominando el negro.

Junto a Orson, Bruno parecfa muy coman.

Al ver a Orson, su respiracion se entrecort6 involuntariamente, y un nerviosismo subconsciente se apoder6 de ella.

Habfa visto a Orson esa misma mafiana y acababa de rechazar sus avances. Ahora, tener que encontrarse con él en un contexto laboral involuntariamente mezclaba sus sentimientos personales. Solo con ver esa imagen rebelde de Orson, su corazon empezaba a latir descontroladamente, como un cervatillo asustado.

dio un paso atrés instintivamente, pero su mano fue capturada de

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inmediato. Al voltearse, se encontré con la mirada alentadora de Elia, instdndola a mantener la calma y no huir.

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