Capitulo 1566

Priscila vio una serie de acciones inesperadas de Orson, primero interrumpiendo la propuesta de matrimonio de una pareja, y luego corriendo hacia afuera a toda velocidad.

Ella estaba preocupada de que Orson se fuera. Mientras Orson se apresuraba a salir, ella le agarré la ropa: “jOrson, prometiste que comerias conmigo!”

Hasta hace poco, Priscila habia logrado contener su temperamento, siguiendo los consejos de su madre, siempre complaciendo a Orson.

Pero ahora, al ver a Orson escapar, su temperamento de sefiorita mimada surgi de golpe, agarrando a Orson, jadeando con ira y llenando su tono de reproche.

Orson se volvio, vio a Priscila gritando con furia, con una cara llena de ira, pero él tampoco se contuvo, enojado, aparté a Priscila de un empujon: “jFue mi madre quien te prometi6, no yo!” Dicho esto, se fue sin mirar atras, yendo rapidamente hacia la salida del restaurante.

El sabfa que Priscila nunca cambiara, que su apariencia de piedad suplicdndole que la perdonara era en realidad una trampa, y que una vez que la perdonara, volverfa a mostrar su verdadera naturaleza, ese el temperamento tirdnico de una sefiorita mimada que no se curaria tan facilmente. Si él cedia de nuevo, solo harfa que Priscila fuera més prepotente en su presencia, hablando sin filtro y pisoteando su dignidad como hombre en el barro.

Por suerte, su intencién de cenar era solo por respeto a su abuelo, no porque realmente creyera las palabras de Priscila.g2

En menos de diez minutos, Priscila habia vuelto a su caréacter desagradable y autoritario.

Orson nunca podria soportar a una mujer asf a su lado.

Priscila, empujada hacia un lado, tambale6 y casi chocé contra la mesa, pero afortunadamente se estabilizé a tiempo. Cuando volvié en si, Orson ya habia salido del restaurante y habia desaparecido.

Priscila, loca de rabia, agitaba sus manos en el aire y pisoteaba el suelo, gritando: “jAh! jOrson, otra vez me tratas asi! {Si piensas que voy a rendirme, ni lo suefies!”

Los gritos de Priscila sacudieron todo el restaurante, y los clientes que estaban comiendo miraban con curiosidad y precaucion.

Julia, asustada, se acercé a Daniel y pregunté en voz baja: “Daniel, jqué esta pasando?”

Daniel abrazé a Julia, preocupado de que Priscila los escuchara y se alterara atin mas, luego se incliné al oido de Julia y dijo: “Un tridngulo amoroso...”

Julia se sorprendié, su cuerpo se quedo rigido, y aunque el contenido de sus palabras la impresionaba, lo que realmente importaba era la sensacion que sentfa cuando Daniel hablaba cerca de su oido, el aliento en su delicada oreja causaba cosquillas y una sensacion muy tierna,

Esa sensacion era como una corriente eléctrica, que rapidamente recorria su corazon y luego se esparcia por todo su cuerpo, haciendo que su sangre comenzara a hormiguear,

El rostro de Julia se enrojecio al instante.

Frente a la persona que le gustaba, un simple gesto podia hacer que su cuerpo se sintiera fragil. Después de que Daniel termind de susurrar, levanto la vista y sus ojos se encontraron con las orejas rojas de Julia. Antes de susurrarle, el color de sus orejas atin era normal

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Capitulo 1566

Priscila vio una serie de acciones inesperadas de Orson, primero interrumpiendo la propuesta de matrimonio de una pareja, y luego corriendo hacia afuera a toda velocidad.

Ella estaba preocupada de que Orson se fuera. Mientras Orson se apresuraba a salir, ella le agarré la ropa: “jOrson, prometiste que comerias conmigo!”

Hasta hace poco, Priscila habia logrado contener su temperamento, siguiendo los consejos de su madre, siempre complaciendo a Orson.

Pero ahora, al ver a Orson escapar, su temperamento de sefiorita mimada surgi de golpe, agarrando a Orson, jadeando con ira y llenando su tono de reproche.

Orson se volvio, vio a Priscila gritando con furia, con una cara llena de ira, pero él tampoco se contuvo, enojado, aparté a Priscila de un empujén: “jFue mi madre quien te prometié, no yo!" Dicho esto, se fue sin mirar atrds, yendo rapidamente hacia la salida del restaurante.

El sabia que Priscila nunca cambiaria, que su apariencia de piedad suplicdndole que la perdonara era en realidad una trampa, y que una vez que la perdonara, volveria a mostrar su verdadera naturaleza, ese el temperamento tirdnico de una sefiorita mimada que no se curaria tan facilmente. Si él cedia de nuevo, solo harfa que Priscila fuera més prepotente en su presencia, hablando sin filtro y pisoteando su dignidad como hombre en el barro.

Por suerte, su intencién de cenar era solo por respeto a su abuelo, no porque realmente creyera las palabras de Priscila.g2

En menos de diez minutos, Priscila habia vuelto a su caracter desagradable y autoritario.

Orson nunca podria soportar a una mujer asf a su lado.

Priscila, empujada hacia un lado, tambale6 y casi chocé contra la mesa, pero afortunadamente se estabilizé a tiempo. Cuando volvié en si, Orson ya habia salido del restaurante y habia desaparecido.

Priscila, loca de rabia, agitaba sus manos en el aire y pisoteaba el suelo, gritando: “jAh! Orson, otra vez me tratas asi! {Si piensas que voy a rendirme, ni lo suefies!”

Los gritos de Priscila sacudieron todo el restaurante, y los clientes que estaban comiendo miraban con curiosidad y precaucion.

Julia, asustada, se acercé a Daniel y pregunté en voz baja: “Daniel, jqué esta pasando?”

Daniel abrazé a Julia, preocupado de que Priscila los escuchara y se altérara atin mas, luego se incliné al oido de Julia y dijo: “Un tridngulo amoroso...”

Julia se sorprendié, su cuerpo se quedo rigido, y aunque el contenido de sus palabras la impresionaba, lo que realmente importaba era la sensacion que sentfa cuando Daniel hablaba cerca de su oido, el aliento en su delicada oreja causaba cosquillas y una sensacién muy tierna.

Esa sensacion era como una corriente eléctrica, que répidamente recorria su corazén y luego se esparcia por todo su cuerpo, haciendo que su sangre comenzara a hormiguear.

El rostro de Julia se enrojecio al instante.

Frente a la persona que le gustaba, un simple gesto podia hacer que su cuerpo se sintiera fragil. Después de que Daniel terminé de susurrar, levanto la vista y sus ojos se encontraron con las orejas rojas de Julia. Antes de susurrarle, el color de sus orejas alin era normal,

Capitulo 1566

Daniel era un hombre hecho y derecho, no era ningtin novato en el juego del amor.

Viendo la reaccion de Julia, sabia muy bien la razén de su comportamiento; su garganta también se tenso, pero, siendo un caballero, solté la mano que la abrazaba a Julia y dijo con dulzura: “Vamos a sentarnos a comer.”

“Um,” Julia respondié timidamente con un gesto afirmativo.

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