¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1555
Capitulo 1555
Elia solt6 un suspiro al colocar con cuidado la silla de ruedas en el suelo. Acababa de ayudar a Bruno a manejar la silla de ruedas y se sentfa un poco cansada.
Apenas habfa expulsado el aire de cansancio, cuando la profunda mirada de Asier se volvié hacia ella, encontrandose con sus ojos justo en ese momento.
“No estoy diciendo que peses mucho, solo que hace tiempo que no hago trabajo fisico y me siento un péco débil”, se apresur6 a explicar Elia, para evitar que Asier pensara que se estaba quejando de su
peso.
Nadie sabfa mejor que ella si Asier pesaba o no; durante tres afos, habia sido ella quien lo levantaba todos los dias para sentarlo en la silla de ruedas, llevarlo al bafio para bafarlo y luego regresarlo a la
cama.
Tres afos de cuidados meticulosos, dia tras dia, y nunca se habfa quejado de su peso.
Ademas, ya que movian la silla de ruedas, con la ayuda de Bruno, tenfa atin menos razones para quejarse.
"Si quieres hacer trabajo fisico, tendras que esperar a que mis piernas estén mejor”, dijo Asier, desviando la mirada y empujando su silla de ruedas hacia adelante.
Elia entendi¢ al instante el doble sentido en las palabras de Asier y se sintié inmediatamente avergonzada y molesta.
;Asier pensaba que él era tan importante ahora que estaban en su territorio? ;Por qué decfa esas insinuaciones?g2
Cecilia y Asier eran la pareja, jpor qué tenia que hacerle ese tipo de bromas a ella?
Elia, sintiéndose incomoda, volvié en si'y noté que Bruno la miraba con una expresion llena de interés y chismes, lo que la hizo sentir atin mas avergonzada.
Elia rapidamente dijo: “Bruno, para mantenerse firme en tu posiciéon como asistente, seguro sabes qué asuntos son apropiados para comentar y cuales no, ;verdad?”
“Por supuesto, nunca me meto en los asuntos privados del Sr. Griera”, dijo Bruno, aunque la sonrisa en la comisura de sus labios todavia revelaba su diversion. Luego siguié adelante con Asier.
Elia se sentfa atin mas avergonzada.
Habia calculado mal, nunca deberia haber venido a Villa Serenidad.
Asier siempre habfa tenido la presencia de un rey, nadie se atrevia a ofenderlo, y ahora que estaba en su propio territorio, se sentfa atin mas sin restricciones.
Y ella era como una pequena coneja que habia caido en una trampa, totalmente a su merced. Elia, un tanto enfadada, agit6 el pufio hacia la espalda de Asier y entro a la residencia.
“Asier, Bruno, Ce......" Fabio los salud, a punto de decir Cecilia, pero al ver claramente quién vena, répidamente corrigio: “Elia, ya volvieron.”
No era Cecilia quien habia vuelto con Asier, lo que sorprendié y emocioné atin mas a Fabio
Asier ordend: “Haz que la cocina prepare el almuerzo.”
Fabio asinti6 rapidamente: “Si, ahora mismo voy. Elia ama los mariscos, les diré a la cocina que los 1/2
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prepare.”
Dicho eso, Fabio se apresurd a la cocina.
Elia no dijo nada al respecto.
Querfa llamar a Fabio para detenerlo, pero no tenia tiempo. Ella solo habfa venido a Villa Serenidad para hablar de trabajo, no habia dicho que se quedarfa a almorzar.
Elia le dijo a Asier: “Sr. Griera, la artesania de las joyas no es tan complicada, puedo terminar de explicarlo en media hora, y ahora son solo las diez y media.”
Ella incluso le recordé la hora, insinuando que no era posible empezar a almorzar a las once.
Lo que querfa decir es que no queria quedarse a comer.
La mirada intimidante de Asier se desvié hacia Bruno por un momento y dijo: “Puedes irte a casa.” Bruno se quedo aténito por un segundo y luego entendi6 lo que Asier queria decir, asintiendo: “Gracias, Sr. Griera.”
Dicho esto, se dio la vuelta y salié de Villa Serenidad.
Después de tantos afios a su lado, Bruno conocia muy bien la personalidad de su jefe. Hoy Asier habfa invitado a Elia a Villa Serenidad, pero habfa segundas intenciones detras de la cortesia.
No iba a quedarse y ser una tercera rueda
Elia también percibi6 algo y, al ver que Bruno se iba, se apresuré a seguirlo unos pasos: “Bruno, espera y vdmonos juntos. Solo le tomara un momento aclararle las cosas al Sr. Griera...”
Si Bruno se iba, ella no tendria como salir de alli, ;acaso esperaban que caminara para tomar un taxi? Desde aqui hasta el lugar mas cercano para conseguir un taxi, se tardarfa aproximadamente una hora caminando.
“Elia, ya sali del trabajo y tengo otro compromiso, no puedo esperarte.” Bruno se excuso y se apresuré a marcharse.
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