¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1403

Capitulo 1403

Elia suspiro profundamente, lamentando la situacion tan embarazosa en la que se encontraban Después de tanto alboroto, habfan llegado al Hotel Internacional de la Capital para confrontar al Dr. Diaz, pero ni siquiera sabfan como se . vela. La ironfa de la situacion era tan grande que no podia ser mas comica.

Justo cuando Elia pensaba que su esfuerzo sefia en vano, su amiga Jamena, que nunca le temia a nada, se le acercé y le susunté con confianza. “No te desanimes, yo tengo un plan Mira cémo lo hago!”

Elia estaba perpleja, preguntandose qué podria estar tramando Jimena.

De repente, Jimena alzé la voz y exclamé: “Dr. Diaz, to admiro desde hace mucho tiempo y hoy quisiera presentarme formalmente, por favor, deme esa oportunidad!”

Ese inesperado acto de valentia dejo a todos sorprendidos.

La gente alrededor se quedé boquiabierta, y Elia, su amiga del alma, sintié6 cémo su corazén se detenfa por un segundo. Queria taparle la boca a Jimena, pero ya era demasiado tarde.

Tan pronto como Jimena terminé de hablar, todos los ojos se posaron sobre ellas.

Elia volvié en si y notd que los respetados doctores que se dirigian al elevador las miraban con una mezcla de curiosidad y juicio.

Elia se sinti6 tremendamente incomoda. Con una sonrisa forzada, solté una risa nerviosa y balbuced una disculpa.g2

Sin embargo, Jimena no parecia tener la menor idea de la conmocién que habfa causado. A pesar de las miradas extrafias de todos, ella siguié con la frente en alto, comentando: “Admiro al Dr. Diaz por su destreza médica, su elegancia y su presencia imponente...”

De repente, una carcajada son6 detras de ellas.

La risa llamé la atencion de Elia y Jimena, quienes se giraron y vieron a un hombre de estatura media, con las sienes plateadas y un poco de peso extra, vistiendo un atuendo azul marino sencillo que le daba un aire clasico y distinto al de los demas.

A su lado estaba un hombre alto, de aspecto picaro y aura rebelde.

Era nada menos que Orson Salcedo.

Al ver a Orson, la confianza de Jimena se desvaneci6 y sus ojos directos se llenaron de evasion, escondiéndose inconscientemente detras de Elia.

El Dr. Diaz se acercé a ellas y, con una sonrisa, dijo: “Es curioso, me elogias a mis espaldas, pero ahora que estoy aqui, jse vuelven timidas?”

Jimena tir6 discretamente de la manga de Elia, instandola a hablar. Ahora que Jimena habia logrado llamar la atencién del Dr. Diaz con su peculiar método, dependia de Elia para llevar las cosas adelante.

Ella no estaba evitando al Dr. Diaz, sino a Orson, jel hombre que estaba a su lado!

"Dr. Diaz, yo también lo admiro por su conocimiento médico que nos inspira a todos. Hay alguien que necesita de su ayuda. ;Podriamos hablar un momento en privado?” Elia intervino rapidamente. No solo estaba salvando a Jimena de I4 situacion incémoda, sino que también reconocfa la habilidad del Dr. Diaz.

Ella se asegur6 de aclarar que la admiracion que habian expresado no tenia connotaciones romanticas.

El Dr. Diaz la observé detenidamente, y al ver su sincera peticion, dijo: “Parece que no han hecho bien su tarea antes de venir. Preparense mejor y luego hablamos.”

Dicho esto, el Dr. Diaz se dirigié hacia el ascensor.

Antes de que pudieran empezar a explicar, él ya habia rechazado la peticién de Elia.

Desesperada, Elia estaba a punto de seguirlo cuando Orson se apresur6 a alcanzar al Dr. Diaz y le propuso: “Dr. Diaz, estoy muy satisfecho con los resultados de esta conferencia. En nombre del Grupo Salcedo, quiero ofrecerle una propuesta de colaboracion. ;Podemos encontrar un lugar para discutirlo en privado?”

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