Capitulo 1397

Aunque Elia y Benjamin huvieran sus diferencias, no era juato usar la salud de Asier como arme en sus disputas

Sin embargo, Benjamin no confaba en Ella y para asegurarse de que Aster estuviera seguro, decidié que alguien debla vigdarla las 24 horas de chia

Esta bien, jacepto!” Elia respondi6 de inmediato al escuchar la propuesta de Benjamin.

Benjam se gir6 y comenz6 a subir las escaleras lentamente, cada paso le costaba mas que el anterior.

Su cuerpo, marcado por los afios, se sentia débil, pero tenia que mantenerse firme, no podia permitirse caer.

Aster estaba en un momento critico y necesitaba su fuerza. Si Benjamin flaqueaba, Asier no tendria esperanza.

Asi que, no importaba cuén cansado o débil se sintiera, no podia darse por vencido.

Elia observo como Benjamin subia las escaleras y sinti6 como el nudo en su corazon se aflojaba. Todo su cuerpo, que habla estado tenso hasta ese momento, se relajé de repente.

Maximiliano, viéndola en ese estado, se apresuré a su lado: “Elia, levantate, jBenjamin acepté tu propuesta!"g2

Maximiliano, un hombre de mundo y refinado, no podia ocultar su emocién.

Cuando vio a Elia arrodillarse, su corazon se encogié con ella, temiendo que Benjamin no cediera, pero al final lo hizo.

Probablemente era porque Benjamin amaba mucho a Asier, no queria dejar escapar ni la mas minima oportunidad de que su nieto despertara.

Con la ayuda de Maximiliano, Elia logré ponerse de pie, aunque sus piernas temblaron y casi pierde el equilibrio. Maximiliano la sostuvo firme.

Una vez estable, Elia miré a quien la ayudaba, preparandose para agradecerle. Pero al darse cuenta de que era Maximiliano, un hombre que apenas conocia, sinti6 una repentina resistencia y frialdad. Répidamente retiré su mano de la de él, dio un par de pasos hacia atrds y con una mirada distante y temerosa dijo: “Gracias por tu ayuda.”

Maximiliano se sinti6 un poco incémodo ante la reaccién de Elia, pero pronto se convenci6 de que era normal. Después de todo, apenas reconocieron su relaciéon padre-hija y era comprensible que Elia mantuviera cierta distancia y formalidad.

Con el tiempo, las cosas mejorarian, penso.

“Vamos, vayamos al hospital a ver a Asier”, sugirié Maximiliano.

Fue Bruno quien se ofrecio: “Yo los llevo.”

Ahora que Benjamin habia dado su consentimiento para que Elia cuidara de Asier, llevarlos a verlo no deberfa ser considerado desobediencia.

"Esta bien, te lo agradezco, Bruno,” dijo Elia, ansiosa por la oportunidad de ver a Asier después de tantos dias.

Desde el accidente, habian pasado cinco dias sin que Elia viera a Asier. Cuando él estaba bien y la controlaba, ella deseaba no tener que verlo nunca. Pero ahora que Asier estaba en la cama de un hospital, entre la vida y la muerte, esos cinco dfas sin verlo se sentfan como siglos.

Ella estaba desesperada por estar a su lado.

Bruno los llevé en su carro hacia el hospital, a la clinica del Dr. Morales, una de las mejores de la capital.

Asier estaba en una habitacién privada y Bruno los guio hasta alli.

Cuando Elia supo en qué habitacién estaba, se apresuré a entrar, pero Bruno la detuvo: “Elia, espera, no puedes entrar asi como asf.”

El corazon de Elia se encogié y pregunté confundida: “;Por qué? ;Acaso Benjamin cambié de opinion y ya no me permite cuidar de Asier?”

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