¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1348

Capitulo 1348

Elia le grité, mareada y abrumada por el dolor y la emocién, sintiendo que ya no podia sostenerse en pie. “Elia...” Asier la abrazé fuerte, sosteniendo su cuerpo tembloroso para evitar que cayera al suelo.

“Suéltame...” Elia, recuperando un poco la compostura, intenté empujarlo de nuevo.

No queria tener nada que ver con él en ese momento, solo deseaba alejarlo lo més posible. Algunos errores son imperdonables, igual que él no habfa podido perdonar que ella fuera hija de Gabriel. Asier no la solto, sino que la abrazo con mas fuerza y, al ver su rostro palido, la levanté en brazos.

Camino rapidamente hacia la salida, instruyendo a Josefina, que estaba cerca: “Cuida a los nifios, enseguida volvemos.”

"Ah, claro.” Josefina, confundida y temblorosa, asintié

Los cuatro pequefios habfan estado a punto de seguirlos, pero se detuvieron al escuchar las palabras de su papa.g2

Si su papa habia pedido a Josefina cuidar de ellos, significaba que no querian que los siguieran. Los pequefios siempre habfan sido muy comprensivos y, aunque querian ir detras de sus padres, no querfan causarles mas problemas.

Nifios, sig

sigan

comiendo, la comida se esté enfriando.” Josefina, con esfuerzo por su reumatismo, avanzé para llevar a los nifios de vuelta a la mesa.

Habfan dejado la comida a medias por todo lo que habia ocurrido.

En esos dias, el reumatismo de Josefina se habia vuelto mas severo.

“Josefina, siéntese, tenga cuidado.” Abel se acercé para acomodarle la silla a Josefina.

“Gracias, ustedes también siéntense.” Josefina les indic6 con la cabeza.

Asier, llevando a Elia en brazos, la colocé dentro del auto.

Elia, recuperando un poco de fuerza, luché con todas sus energias: “Asier, qué pretendes hacer! iBajame!”

“iNo te muevas!” Asier la agarré con firmeza y le puso el cinturén de seguridad, luego se sent6 en el asiento del conductor y arrancé el auto.

El vehiculo se puso en movimiento.

Elia, con el corazon acelerado y luchando por respirar, mird a Asier con ojos brillantes y llenos de lagrimas: “jAsier, todavia tienes humanidad! Estoy asily todavia quieres hacer algo...”

Recordé todas las veces en las que él, frustrado por cualquier cosa, la usaba para desahogarse sin importarle sus sentimientos, casi llevandola a la muerte.

Ahora que ya estaba medio muerta, ;todavia no la iba a dejar en paz?

Asier la mir6 profundamente y, con las manos firmes en el volante, le dijo: “No tengas-miedo, no te haré nada, te estoy llevando al ayuntamiento.”

Elia se sobresalto, las lagrimas se detuvieron en sus ojos y, conmocionada, pregunto: “;Por qué me 12.44.

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llevas al ayuntamiento?”

Desde el rincén de su ojo, notd una carpeta transparente en el compartimento del copiloto.

En la carpeta habia documentos con letras en negrita faciles de reconocer, jeran sus diferentes identificaciones!

De repente, Elia recordé la noche anterior, cuando Asier aparecié de repente en su casa, sentandose al borde de su cama para hablarle.

El habia dicho que queria casarse con ella, que querfan unir sus vidas.

Ella pensé que él estaba jugando con ella.

Pero ahora, jél realmente estaba llevandola al ayuntamiento para casarse!

En el pasado, ella le habia preguntado innumerables veces si se casaria con ella, y siempre habfa recibido una respuesta negativa.

Incluso le habfa dicho que no sofara despierta.

Y ahora, jde verdad querfa llevarla a casarse en el ayuntamiento!

Lamentablemente, ella ya no queria casarse con él.

"iPara el auto, déjame ir!” Elia, con la respiracién entrecortada, le hablé con urgencia

Asier la mir6 con una mirada profunda y le dijo: “Cuando lleguemos, por supuesto que pararé.” Una vez mas queria forzarla a hacer algo que ella no deseaba.