¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1307

Capitulo 1307

Si era asf, al menos los genes de Sergio segufan existiendo en este mundo.

Al menos ella tenia algo a lo que aferrarse.

Tan pronto como Natalia hizo su pregunta, Benjamin y Asier voltearon a mirarla.

Los ojos turbios de Benjamin se llenaron de sorpresa y un destello de esperanza.

Los ojos de Asier, oscuros y frios como hielo, afilados, claramente reprochaban a Natalia.

"Ya te dije antes, el nifio que lleva Elia en su vientre es mio. {imposible que sea de otro!” La voz de Asier sono firme y concluyente, dejando claro que no admitia réplicas.

*¢Como puedes estar tan seguro de que es tuyo? ;Y si ella se acosté con Sergio a tus espaldas? Entonces, el nifo podria ser de Sergio,” Natalia mantenia un hilo de esperanza.

“iElla no ha estado con él” Asier afirmé con una certeza helada.

"Asier, tu cufiada tiene razon, ;por qué no hacemos una prueba?” Benjamin, recuperando la compostura, mir6 a Asier en busca de aprobacion.g2

“jAbsurdo!” Asier se levanté indignado y se marché de la casa de los Griera.

No mostré ninguna disposicion a dialogar.

Benjamin y Natalia se quedaron mirando como Asier se alejaba con frialdad, y luego se miraron el uno

al otro.

El brillo de esperanza en los ojos de Natalia se desvanecié en un instante.

Y los ojos cargados de experiencia y nublados de Benjamin también se oscurecieron.

Al dia siguiente, Elia no fue a trabajar.

Habia pedido un dia libre a Vicente para quedarse en casa y hacer compafifa a Rosalinda.

Por la tarde, Elia llevé a Rosalinda al jardin de infantes para recoger a los nifios.

Hacia varios dias que no vela a los pequefios y los extrafiaba mucho.

Llevé a Rosalinda al jardin de infantes para que también viera a los nifios, esperando que el carac juguetén y adorable de ellos alegrara un poco a Rosalinda,

Después de esperar un rato en la entrada, el jardin de infantes termind las clases.

La maestra salié con los nifios, que iban en fila como un pequefio tren, cada uno tan adorable como u cachorrito.

Pronto, los cuatro pequefios tesoros de la familia de Elia aparecieron en su campo de vision.

Elia rapidamente tir6 de la manga de Rosalinda y dijo: Mama, mira, los nifios estan saliendo.” Rosalinda mir6 hacia la puerta del patio y al ver a los cuatro pequefiines, su mirada melancélica se lluminé al instante.

Haciendo sefias hacia el patio, llamé: “Abel, Joel, Iria, Inés...1"

Al escuchar las voces, los nifios giraron la cabeza hacia la entrada y, al ver a Elia y Rosalinda, sus ojos

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se iluminaron.

Sin esperar a que la maestra los dejara ir, corrieron hacia ellas con sus piernitas cortas.

“Mam4, abuelital” los pequenos se abalanzaron sobre ellas.

Elia los abrazo, y el dulce aroma a bebé la embriagé instantdneamente.

La pesadez en su corazon se disipé en gran medida.

“Mama, aprendi una nueva danza, déjame mostrartela, dijo Iria, con una sonrisa radiante y bailando una pequefia coreografia.

Luego, mird a Elia con expectacion: “Mama, fue bonito mi baile?”

Elia respondio: “Si, muy bonito.”

"Entonces, ;por qué no sonries?” Iria, con sus ojos brillantes, noté que Elia estaba mas callada que de costumbre, solia recibirlos siempre con una sonrisa, pero ahora lucia preocupada.

Iria intentaba hacer sonreir a su mama de su propia manera.

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