¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1296
Capitulo 1296
Elia no podia ocultar su disgusto al ver la mueca triunfante y llena de falsedad en el rostro de Liuva. Sentia un impulso tan fuerte de abofetearla que le costaba mantener su compostura.
Y alli estaban, también, en ese momento, Adela y Gabriel, cuya sola presencia hacia que le faltara el aire de tanto odio que sentfa,
Pero Vicente tenfa razon, debia pensar no solo en si misma, sino también en sus hijos.
Con un esfuerzo sobrehumano para contener su furia, Elia hablé: “El Sr. Fuentes esta en lo cierto, las flores las compré para agradecerle a’ Liuva por haber salvado a Asier.”
Al escucharla, Liuva se tensé como si hubiera recibido una descarga eléctrica, se puso palida y, apuntando a Elia con rabia, exclamé: “;Como te atreves a agradecerme por haber salvado a Asier?! iTu no eres nada para él! No eres mas que su juguete del momento, alguien con quien se divierte hasta cansarse. {Pronto te dard una patada y se deshard de ti, y aun asf tienes la desfachatez de darme las gracias en su nombre, no tienes vergtienza!”
Con la seguridad de quien ha sido la salvadora de Asier, Liuva se mostraba arrogante.
Se atrevia a insultar a Elia frente a Vicente sin temor a que Asier se enterara.
Después de todo, Asier pensaba que Elia habia intentado hacerle dafo, mientras que Liuva era la heroina que lo habfa salvado.
Asier la miraba ahora con otros ojos, y el hecho de que le hubiera mandado frutas como muestra de aprecio era la prueba que necesitaba.g2
Elia, que ya estaba conteniendo su ira al hablar con Liuva, se sintié herida en lo més profundo por esas palabras llenas de desprecio. La rabia que ardfa en su interior amenazaba con desbordarse y, en un momento en que nadie lo esperaba, dio un paso adelante, y con un movimiento rapido, “ipafl”, le propiné una bofetada sonora a Liuva..
El sonido retumb¢ en la habitacion del hospital, resonando en las paredes.
El golpe hizo que la cabeza de Liuva se ladease, con los ojos abiertos de par en par y la mejilla de dolor, un zumbido en sus oidos le nublaba el pensamiento.
Su rostro, que antes era plano, comenzo a hincharse en cuestion de segundos.
Adela, con una manzana pelada en la mano, estaba a punto de darsela a Liuva; esa fruta, tan vali como si fuera de oro, era un regalo de Asier.
Justo cuando Liuva estaba a punto de morder la manzana, su cara fue golpeada con tal fuerza que giré bruscamente.
La manzana en la mano de Adela qued6 suspendida en el aire, y por un instante, ella también quedo en shock.
Gabriel fue el primero en reaccionar. Su hija habia sido atacada; ella, que era la favorita de Asier. Para Gabriel, la prosperidad de su familia dependia de Liuva.
Elia, esa bastarda, hija de una aventura con Rosalinda, se habia atrevido a golpear a su propia hija. Gabriel perdié la calma al instante, con una taza de agua caliente en la mano, la lanzé hacia la cara de Elia.
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Capitulo 1296
“;Quién te crees para golpear a mi hija?!” grit6 Gabriel, furioso.
“iCuidado!” Elia, atin cegada por la ira, no reaccioné a tiempo, pero Vicente, que estaba més cerca, actué rapidamente y se colocé frente a ella para protegerla.
El agua caliente cay sobre la espalda de Vicente sin errar.
Estaban en pleno verano y la ropa era ligera
Gabriel le habia lanzado agua hirviendo, a cien grados centigrados.
Vicente emiti6é un grufiido de dolor, mientras fruncia el cefio por la quemadura
Elia, volviendo en si, miré a Vicente con preocupacion: Sr. Fuentes, te has quemado, tienes que atenderte inmediatamente.”
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