¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1291

Capitulo 1291

Al recordar esto, Rosalinda bajo la mirada, con un dolor en sus ojos que no podia ocultar, culpandose a

si misma.

El viaje en el tren fue rdpido, en dos horas ya habfan llegado a la Capital.

Desde que bajaron del tren, Elia se dio cuenta de que algo andaba mal con Rosalinda. Al salir de la estacion, Elia tomo la iniciativa y le dijo a Asier: “Necesito volver al Puerto de las Estrellas para estar con mi madre.”

ase

Justo cuando terminé de hablar, aparecié un Rolls-Royce negro que se detuvo a su lado. La puerta abrié y un hombre vestido elegantemente bajo del vehiculo.

Elia se sobresalto al ver al hombre, le resultaba al mismo tiempo extrafo y familiar.

Mirdndolo con atencién, se dio cuenta de que realmente era un viejo conocido.

“Bruno, ;cémo te has puesto tan bronceado?” Elia parpadeo, por un momento pensé que estaba viendo. mal.

Pero tras observar detenidamente, no cabfa duda de que era Bruno, solo que su piel estaba mucho mas oscura que antes, como si hubiera pasado mucho tiempo bajo el sol intenso de Africa.

Bruno se habia convertido en un moreno intenso.g2

Bruno sonri6, mostrando sus dientes blancos que resaltaban mas debido a su piel bronceada.

Dijo: “Elia, Rosalinda, Sefor Griera, por favor, suban al auto.”

Dicho esto, abri6 la puerta del auto con cortesia y respeto.

Elia se quedé parada, mirando a Asier con una mirada inquisitiva.

Ella acababa de decir que necesitaba volver al Puerto de las Estrellas, pero Asier atin no habfa reaccionado.

“Sube primero,” dijo Asier con una mirada profunda y misteriosa.

Tras decir eso, Asier se adelanto y se sentd en el asiento del copiloto.

Elia se quedo ligeramente atonita, agradecida de que esta vez él no insistiera en sentarse a su lado e asiento trasero, lo que habria sido muy incomodo.

Elia mir6 hacia Rosalinda y dijo: “Mamé, vamos a subir al auto.”

Ella sostuvo la puerta del auto, ayudando a Rosalinda a entrar primero.

Rosalinda subi¢ al auto con un aire de desolacion, claramente ausente.

El vehiculo arrancé, avanzando rapidamente por el asfalto.

En el interior, aunque habia cuatro personas, el silencio era tan inquietante que parecia anormal. Elia se sentd junto a Rosalinda, toméndola del brazo, apoydndose mutuamente como lo habian hecho durante tantos afios.

"Sefior Griera, jdisfrutaron de su visita a Frondosas?” Bruno era un asistente que sabia como animar el ambiente, y su tono era alegre.

Asier simplemente le lanzé una mirada fugaz, sin responder.

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Bruno, incomodo, se llevo una mano a la nariz y se rasco.

“Fuimos por la mafiana y volvimos por la tarde. ; Ti qué crees? ;Se puede disfrutar en tan poco tiempo?” Elia respondié a su pregunta para evitar que Bruno se sintiera mas incomodo.

Cuando Elia hablo, Asier la observé a través del espejo retrovisor.

Ella habia estado callada desde Frondosas hasta la Capital, pero finalmente parecfa estar de humor. para conversar.

"Oh," respondié Bruno brevemente, indicando que habia entendido, y luego guardé silencio. Después de un segundo de silencio, capté una mirada de Asier, una mirada que parecfa recordarle algo.

Bruno se detuvo un momento, captando la pista de su jefe. Como asistente personal de Asier, era l6gico que conocia bien a su jefe, especialmente las indicaciones que le daba, las cuales tenia que entender.

De lo contrario, ;como podria mantener su posicion como asistente del jefe?

Aunque habia decidido no hablar més, Bruno volvié a decir con una sonrisa: “Elia, ;por qué crees que me puse tan moreno?”

Su tono era jocoso.

Elia pregunto: “;Por qué?”