Capitulo 1289

Abel siempre habia sido el consentido de su madre, pero ahora, para sorpresa de todos, se habia aliado con Asier.

“Elia, ;qué estas mirando que al rato te asombras, al rato te ries?” Rosalinda se acercé con curiosidad, intentando echar un vistazo al celular de su hija.

“Es un mensaje de Abel.” Elia le mostré el texto a Rosalinda.

Al leer lo que Abel habia escrito, Rosalinda no pudo evitar sentir una mezcla de molestia y diversion.

“Este chico, tan rapido se ha vuelto contra nosotras.” Rosalinda no sabia si reir o llorar al ver como el niflo que habfan criado con tanto esfuerzo ahora se pasaba al bando de su padre en su contra. Justo cuando Rosalinda terminaba de hablar, un Lamborghini blanco aceleré y pasé zumbando junto a ellas, para luego frenar y detenerse.

Asier, con un brazo apoyado en la ventana y su semblante apuesto dirigido hacia Ella, habl6 con autoridad: “Nadie mas que yo puede llevarte. ;Todavia quieres ir a la estacion del tren?”

i€l incluso sabia que ella tenfa que ir a la estacion!

Abel habia monitoreado completamente su teléfono, jese travieso! Elia se prometié darle una leccién cuando regresara.g2

Con Asier presente, nadie se atreveria a llevarla, incluso si tuvieran un auto.

Preocupada, Elia miro hacia Rosalinda: “Mama...”

"Ay, tU vete, no pasa nada si me voy mafiana, o puedo irme con el sefior Ramiro. Rosalinda suspiro ligeramente, sabiendo que Asier no la llevarfa debido a su desaprobacién hacia ella.

"i{Hablo de las dos!” La voz grave de Asier resono.

Al oirlo, Elia se giré rdpidamente hacia él, su mirada mostraba incredulidad y sorpresa.

Rosalinda, igualmente sorprendida y pensando que habia escuchado mal, mir6 a Asier.

Su presencia era tan imponente que con solo una mirada, Rosalinda se sintié intimidada.

“;Qué esperan?” Asier insto.

Elia volvi6 en si

En ese momento, Asier abri6 la puerta del auto y se bajo.

Elia retrocedi6 insegura, afectada por su aura dominante.

Asier le lanzé una mirada profunda y extendié su mano hacia la maleta que ella sostenia, tomando I maleta de sus manos.

Con las manos vacias y el esperado dolor que no llegé, Elia abrié rapidamente los ojos.

Vio a Acier con su maleta, dirigiéndose al maletero para colocarla alli

Ahora Elia entendia sus intenciones.

El auto acelerd, y quien conducia no era Asier, sino un hombre que Elia no conocfa.

Ella y Rosalinda se sentaron en la parte trasera, mientras Asier ocupaba el asiento del copiloto. 10

Capitulo 1289

Pronto llegaron a la estacion del tren.

Elia tom su maleta y le dijo: “Aqui estamos, puedes volver”

Apenas terminé de hablar, Asier le arrebaté nuevamente la maleta y, echandole una mirada, se dirigi6 hacia el interior de la estacion.

Elia estaba confundida por lo que miré a su madre, ambas sin entender qué pretendia Asier. ;Acaso iba a acompanarlas a subir al tren?

Rosalinda coment: “;Sera que quiere volver con nosotras?”

Elia se sorprendio, pero luego lo comprendié.

Con Abel de su lado, para Asier serfa muy facil saber en qué tren estaban y a qué hora partia. Pero lo que Elia no podia entender era cémo Asier habia logrado convencer a Abel para unirse a su causa, si el chico siempre habfa tenido sus propios principios y opiniones firmes.

En el tren, Elia habia reservado asientos juntos para ella y Rosalinda.

Sin embargo, Rosalinda se ofreci6 a ocupar el asiento de Asier, dejando el suyo vacio, por lo que Asier naturalmente tomo el lugar junto a Elia.

La abrumadora presencia y la gélida atmdsfera de Asier eran casi asfixiantes, y Elia, instintivamente, se movi6 un poco hacia el lado para mantener distancia.

“Tienes miedo de que te devore?” Asier la mir con ojos profundos, su mirada era fria y oscura como la

noche sin estrellas.

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