¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1232

Capitulo 1232

Priscila volvié en si'y le dijo a su amiga Sique tu, no me esperes

Al terminar de hablar, siguié a Orson con una expresion seria y concentrada.

La amiga de Priscila sabia que ella preferia no ser molestada, que queria manejar las cosas por su cuenta, asi que no se acercé para interrumpirla.

Orson, sosteniendo a Jimena, salié del bar y mir6 a su alrededor. La noche en la ciudad estaba llena de luces y colores, era deslumbrante. Orson al caminar, veia doble y su cabeza daba vueltas.

Orson sacudio la cabeza intentando aclarar su mente, pero cuanto mas lo hacia, mas borroso se volvia todo. Tambaleo y casi cay6 al suelo junto con Jimena.

Por suerte, cruzo sus piernas, tropezd un poco y logré mantenerse en pie. Jimena, ya inconsciente, estaba tan pesada como un cerdo dormido.

Cuando Orson se tambaled, Jimena casi se cae de sus brazos. Con el ltimo esfuerzo de su voluntad, la abrazo fuerte y la previno de deslizarse hacia el suelo.

Jimena, toda floja, se recosté de nuevo sobre él.

Orson

tipica sonrisa de persona borracha en la cara, dijo: “Jimena, parece que no has dejado de mente, jestds tan pesadal”g2

te habfa visto a Jimena después de haber adelgazado, luciendo mas hermosa que una de cine, pero habia pensado que era madre de cuatro y le habia dicho que se vefa fea y delgada

fio un mono.

Quizés por su comentario, en tan solo un par de meses, Jimena habia recuperado su peso anterior. Estaba un poco rellenita, con una cara delgada y algo de carne en la cintura.

En ese momento, mientras Orson la abrazaba, sintié su cintura suave y rechoncha, y era un tacto agradable.

Jimena, inconsciente, se apoyaba en el hombro de Orson sin dar ninguna respuesta.

Orson, juguetonamente, levanté su barbilla y con ojos seductores y una sonrisa burlona, le dijo: “Pareces un cerdo, bebiendo asi con hombres fuera de casa, y ahora estés tan borracha que no reaccionas. ;No te preocupa lo que podria hacerte?”

Jimena estaba profundamente dormida, incapaz de escuchar sus palabras.

Priscila vio a Orson en medio de la calle sosteniendo a Jimena, balancedndose peligrosamente, y justo cuando estaba a punto de acercarse para ayudarlos, Orson mir6 hacia el hotel junto al bar. Sin dudarlo, camino hacia el hotel con Jimena.

Orson tenfa la intencién de llevar a Jimena a su casa en coche, pero al salir del bar se dio cuenta de que habia bebido y no podia conducir, Planeaba pedir un taxi para llevar a Jimena a casa.

Pero luego penso que no sabia donde vivia Jimena, y ya que él también estaba borracho, con la cabeza dando vueltas, pensé que seria peligroso conducir en su estado, ya que podria quedar dormido mientras conduce, poniendo en peligro a Jimena.

Asi que Orson decidi6 buscar un hotel cercano, alquilar una habitacién para que Jimena pudiera dormir y, una vez sobria, regresar a casa.

19:55

Orson entr6 al hotel.

Priscila, al ver a Orson llevando a Jimena al hotel y tramitando la habitacién en la recepcién, sintié un nudo en el corazén, Ira, enojo, celos y frustracion surgieron rapidamente, dejandola con la respiracion entrecortada y un dolor insoportable.

Sus punos se cerraron mientras seguia a Orson al hotel. Al entrar, vio que Orson ya habia terminado con el registro de entrada. Seguia sosteniendo a Jimena y la estaba llevando hacia el ascensor mientras Iba tropezando.

Priscila, furiosa y respirando con dificultad, aceleré el paso para llegar antes que Orson al ascensor, esperando dentro a proposito para que él la alcanzara.

Orson, ya muy borracho y con la cabeza tambaleante, estaba claramente luchando por mantenerse consciente, pero sus manos sostenian firmemente a Jimena. Aunque su cuerpo estaba inestable. nunca pensé en soltarla.

Con una mano rodeaba la cintura de Jimena, manteniéndola pegada a él, y con la otra sujetaba su mano, haciendo que su brazo rodeara su cuello, usando su cuello como punto de apoyo para sostener todo el cuerpo de Jimena y evitar que se deslizara hacia abajo.

El solo tenia en mente la idea de llevar a Jimena a su habitacién para que descansara, y sus ojos estaban fijos en el sendero que tenfa delante, como si todo lo demas no tuviera importancia alguna para el.