¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1227

siguiendo las instrucciones de Asier acumulo inventario de computadoras y provocé un desplome en la bolsa, perdiendo tres o cuatro millones

Si alguien més le hubiera pedido hacer eso, obviamente lo habria rechazado era un gran riesgo Sel mercado no se recuperaba, su empresa podria enfrentarse a la quiebra

Pero quien lo pedia era Asier Griera

El empresario que nunca fallaba

Aun enfrentando la posibilidad de bancarrota, Vicentesiguié sus instrucciones sin dudar

Y en ese momento, en menos de un mes, podria ganar decenas de millones, mas de lo que habia ganado en un ano

Asier, sin tiempo para charlas inutiles, colgo el teléfono, cerré el contrato, se levanto y salié del estudio

Regres¢ al dormitorio principal justo cuando Elia terminaba de bafarse. Ella abri6 la puerta del bafo y el vapor inundo la habitacién, llenandola de calor en un instante.

Habfa mucha humedad en el aire y Asier respiro hondo. Observé a Elia, su cabello negro aun estaba mojado y las gotas de agua resbalaban por sus mechones hasta empapar su camisén de seda rosa La tela su

piel.om

izante se habia humedecido con gotas de agua, y el color rosa se tomé en un tono a piel de Elia en ese momento, con un rubor rosado y empafiada por la humedad, atractiva.

evitar fijar su mirada en ella, con su apariencia himeda y seductora, y su figura esbelta. son, que apenas requeria un suave apreton para revelar su sensualidad,

scuros ojos de Asier se sombrearon un poco mas, mientras daba unos pasos hacia ella.

lia, al notar su presencia, se sorprendié un instante, y lo que habia sido un animo relajado se tenso de

repente

Con una toalla en mano, se dirigié discretamente hacia el borde de la cama, intentando minimizar su presencia lo mas posible.

12.54

Asier no dijo nada, la observé fijamente, y tras un breve momento, se levanté y se dirigié al bafio. La presencia abrumadora se retir6 de su cuerpo, y Elia sinti6 un vacio por todo su ser, como si incluso su corazon también se hubiera vaciado por un segundo.

Esa sensacién momentanea de vacio, sin precedentes, la hizo sentir panico, y de inmediato contuvo el aliento, y de paso reprimiendo la tristeza que surgia en su interior.

Volteo la cabeza hacia el bafio, viendo la alta y esbelta figura de Asier entrar y cerrar la puerta tras de si. El sonido del agua de la ducha comenz6 a oirse, y Ella estaba segura de que Asier debfa estar tomando otra vez una ducha fria.

Cuando Asier la besd, ella pudo sentir los cambios en su cuerpo.

Ella ya le habfa dicho antes: si el no se controlaba, si seguia besandola con esa intensidad, el que sufriria seria él mismo.

Después de todo, generalmente son los hombres los que no solian controlar esa clase de situaciones, los que no podian reprimirlo.

Para una mujer como ella, no suele tener mucho efecto.

Pero él, simplemente, no escuchaba..