¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1220

Capitulo 1220 Ramiro apoy¢ su bastén en el suelo, pero sin sostén, su cuerpo perdié el equilibrio y cayé de rodillas. Las manos fuertes de Asier lo agarraron con fuerza, y el dolor en su mufieca era como el veneno de una serpiente que se deslizaba hacia su corazon. Fruncié el cefio por el dolor, sus mejillas ocultaban el sufrimiento con los musculos tensos. Sus ojos, normalmente serenos, desafiaban y sonreian a Asier, diciendo: “Tan inseguro estas? ;Crees que matdndome encontraras la paz?” Al ver la provocacion y el escarnio en la cara de Ramiro, los oscuros ojos de Asier se agitaron, estaban frios y siniestros, y su voz grave y sombria resono: “;Qué mas da si te mato?” Aplicé mas presién en la mano de Ramiro. De repente se escuchd un sonido, era el ruido de los huesos de la mufieca de Ramiro rompiéndose. “Uh!” Ramiro grufié de dolor, pero aun asi no grit6 “iRamiro!” Elia Ilamé con urgencia, se acercé y vio la cara adolorida de Ramiro, cuya frente estaba cubierta de gotas de sudor. El estaba arrodillado junto a la mesa, la pierna herida temblaba ligeramente, y sus manos también temblaban del dolor como si fueran un tamiz.q2 Y Asier, con una mirada helada de intencién asesina, creaba una atmésfera tan opresiva que dificultaba la respiracion. Habfa roto los huesos de la mufieca de Ramiro pero todavia segufa agarrandolo. Elia, angustiada y preocupada, se acerco y agarré la mano de Asier, intentando separarlos, pero aunque aplicé fuerza, la mano de Asier no se movio. Sus profundos ojos oscuros fijaron una mirada aguda como un cuchillo en Ramiro, y gotas de sudor del tamafio de un grano de maiz cafan de la frente de Ramiro. La tension era tan espesa que Elia, desesperada por la seguridad de Ramiro, suplicaba a Asier: “Asier, déjalo ir, si sigues asi, su mano quedara inatil.” La gélida mirada de Asier se clavo en ella como una daga, y Elia se estremecid, apretando sus labios con miedo. “Elia, piensa bien como debes hablar”, la voz de Asier sono fria y severa, el frio que emanaba lo hacia sentir en su corazén. Elia parpadeo rapidamente, buscando cambiar la situacién. Ramiro no habia hecho nada malo y no debla sufrir estas consecuencias por ella El habia estado bien antes, su piema habia sido lastimada por los guardaespaldas de Asier, y ahora Asier le habia roto la mufieca. Si Elia no pensaba en algo rapido, Asier no pararfa de lastimar a Ramiro. La mano de Elia paso de la de Asier a su rostro, sosteniendo su cara entre sus manos, se inclind para besarlo.

* Enel instante en que sus labios se tocaron, las pestanas de Elia temblaron. Asier sinti6 el impacto en su mirada, su cuerpo aun era un bloque de hielo. 1/2 Ela sintiendo que aun no podia disipar la fraldad en el rostro de Asier no se retiro y siguio insistiendo Peso rapidamente en algo, sostuvo su cara y le profundizo el beso, imitando sus movimientos hab-tuales Atrapo su labio y lo beso con fuerza su pequefia lengua intentando abrir paso entre sus dientes... La dulce y temblorosa lengua de Elia jugueteaba salvajemente entre los labios de Asier El corazon de Asier dio un vuelco, sus ojos se sacudieron y finalmente solté la mano de Ramiro Asier rode con un brazo la cintura de Elia y con el otro sostuvo su nuca, cambiando de pasivo a activo. devorandola con un beso feroz. Elia, que habla tomado la iniciativa, se sintié abrumada por sus besos dominantes, y su cuerpo se ablando de repente, perdiendo el control de sus siguientes movimientos. Pero el beso dictatorial de Asier tomé el control total, robandole el aliento. La mano de Ramiro fue liberada, su cuerpo se incliné hacia un lado y cay? al suelo. Sefior Ramiro... El camarero, pélido y aturdido, se apresuro a ayudarlo, llamandolo con una voz llena de preocupacién y nerviosismo. 212