¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia -
Capítulo 1130
Capitulo 1130
Cuando Elia estaba preocupada y tensa, temiendo que Asier rechazara la amabilidad de Iria y la dejara decepcionada, Asier bajo su cabeza, abri6 la boca y se comi6 la cucharada de comida que Iria le ofrecio.
Elia estaba atin més sorprendida que antes. Asier, quien siempre era tan pulcro, habia comido la comida que podria haber estado en contacto con la saliva o los mocos de Iria.
Era més raro para ella que ver el sol salir por el oeste.
Iria se rio con una risa cristalina y con su voz dulce pregunté: “Papé, ;esta rico? Le afadi yema de huevo, queso y carnita...”
Iria podia reconocer los ingredientes con solo probar un bocado, como si fuese una pequena experta en comida.
A Asier no le gustaban los dulces, la comida le sabia un poco extrafa en la boca, pero al ver a Iria tan contenta y tierna, respondié en tono suave: “Mmm, esté delicioso.”
Al escuchar eso, Iria se tap6 la boca con la mano y serio con los ojos formando pequefias curvas y las mejillas hundidas por sus hoyuelos, luciendo irresistiblemente adorable.
Elia observaba a un lado, contagiada por la alegrfa de Iria, sintiendo un calido placer, y al ver a Iria tan feliz y tierna, su corazon casi se derretia de la ternura.
Elia sonrefa con los ojos curvados, al igual que Iria, cuando de repente Asier la levanté en brazos, se sentd en el lugar de Iria y la acomodé en sus piernas.g2
Asi, Elia en ese momento estaba sentada junto a él.
“iGuau, me encanta comer en las piernas de papa!” Iria expresé su alegria y emocion al recibir es especial por primera vez.
Entre los cuatro nifios, Iria era la mas carifiosa. Sentada en el regazo de Asier al lado de la mesa, demas pequefios, aunque envidiosos, no dijeron nada ni intentaron quitarle el lugar.
Elia se preguntaba por qué Asier de repente habfa levantado a Iria en su regazo.
Luego vio que él le servia un tazén de arroz con leche en frente de ella y con voz magnética dijo: "Comi ;Le estaba ofreciendo el plato especialmente a ella?
Elia, sorprendida y halagada, contesté rapidamente: “Si, ti también come.”
Después de un breve acto de cortesfa, Elia tomé la cuchara y comenzé a comer el arroz con leche, sintiendo su suave dulzura expandiéndose desde sus papilas gustativas, deslizdndose por su garganta y humedeciendo todo su es6fago con confort.
Al dia siguiente, Elia se levant¢ tarde. Cuando desperto, Asier ya se habia ido a la oficina y los nifios también habian salido para la escuela.
Después del desayuno, pidi6 al mayordomo Fabio que la llevara fuera de Villa Serenidad y la dejara en la parada de autobus. Desde alli tom el transporte publico para ir al trabajo.
En el autoblis, todos los asientos estaban ocupados, pero un joven estudiante de secundaria le cedio el
suyo.
Elia, cortésmente, traté de rechazar la oferta, pero el joven insistié tanto que, sumado a que estaba 1/2
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Capitulo 1130
embarazada, no tuvo més remedio que aceptar y tomar asiento.
El autobus avanzaba suavemente.
"Sergio murié, ;cémo puedes actuar como si nada, viviendo feliz todos los dias?”
Junto a Elia, se escucho la voz de una mujer reprimiendo su dolor y su ira.
La mencién de Sergio tensé los nervios de Elia, quien se giré rdpidamente hacia la fuente del sonido. Alli estaba una mujer con una gorra negra y cabello largo recogido en una cola de caballo saliendo de la
gorra.
Bajo el ala de la gorra, unos ojos brillantes cargados de hostilidad fijaban su mirada en Elia.
iEsa mujer era Marina!
Ella no habfa conducido su auto, en lugar de eso habia tomado el autobus, ;seria posible que todo fuera para encontrarse con ella?
Frente a la hostilidad evidente en los ojos de Marina, la respiracion de Elia se hizo mas pesada: “Nadie queria ese resultado...”
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