¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1116

Capitulo 1116

Al ver a Liuva vestida con una camiseta ajustada de cuello bajo y una minifalda a la altura de los muslos, se inclinaba intencionadamente mientras colocaba un jugo de frutas frente a Asier.

Al agacharse, el escote de su pecho quedaba completamente a la vista y su trasero se levantaba, la falda, ya corta, se alzaba alin més, jse le vefa todo!

Con esa actitud coqueta y aduladora, no habia hombre pudiera resistirse y ;qué mujer no la despreciaria?

Ella hacia alarde de su voluptuoso cuerpo frente a Asier a propdsito, seguro que era para seducirlo!!

Al ver a Liuva mirando a Asier con una sonrisa aduladora en sus ojos, Elia solo sentfa que le picaban los ojos y su corazén parecia estar siendo estrangulado, sintiendo un dolor asfixiante en un instante.

Desvio la mirada, negéandose a presenciar esa escena y se repetia frenéticamente que, por mas que Liuva y Asier se llevaran bien, no tenia nada que ver con ella.

"Sefior Griera, pruebe este batido de fresa, es la especialidad de la casa. Lo prepare yo misma, esta delicioso”, dijo Liuva al ver la expresion seria de Asier, quien ni siquiera habia mirado en su direccién. Sosteniendo un vaso del batido especial, lo colocé en la mesa frente a él, buscando llamar su atencién con su presencia. Anhelaba la atencion de aquel hombre tan atractivo que, a pesar de haber sido rechazada incontables veces, no podia contener el deseo de conquistarlo. *iLIévatelo! Nunca bebo nada servido por alguien que no conozco, jy si esté sucio?”

La mirada fria y penetrante de Asier barrié hacia Liuva, y sus palabras eran ain més lacerantes.g2 Parecia referirse al batido como algo sucio, pero en realidad insinuaba que Liuva era la verdadera suciedad, con intenciones deshonestas.

La mano de Liuva que sostenia el batido de fresa se detuvo bruscamente, su corazén ansioso por acercarse a Asier se vio aplastado por el poderoso auta que lo rodeaba.

El intimidante aura de Asier era tan poderoso que, incluso si Liuva tuviera diez veces més valor, no se atreverfa a seguir colocando el jugo delante de él.

Con la mano temblorosa, retrocedio, pero su corazén estaba lleno de resentimiento y no queria retirarse como una tortuga que esconde la cabeza.

Aunque su familia era bastante acaudalada y podia llevar una vida cémoda, sus incompetentes padres habian perdido miles de millones.

Si no lograba acercarse a Asier, tendria que seguir aceptando trabajos humillantes como el de ayer, donde tuvo que actuar como un payaso por una cantidad insignificante de dinero, soportando la humillacion sin poder expresar su enojo.

Si lograba atraer a Asier, incluso si no se casaba con él, tendrfa una fortuna inagotable a su disposicion. jAcaso Elia no habfa conseguido miles de millones estando cerca de Asier, solo para que

e su padre se

los robara?

Con su resentimiento y frustracion a flor de piel, Liuva mantuvo su sonrisa y se dirigi6 hacia Elia, ofreciéndole el batido: “Elia, recuerdo que te gusta el jugo de fresa, asi que este es para ti".

Para acercarse a Asier, tenia que hacerle ver cuan cercana era a Elia. La

Ultima vez, en el salon privado del hotel de Rayan, habia logrado que Asier y Maximiliano bajaran la guardia hacia ella después de

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acercarse a Elia y beber el licor adulterado.

Justo cuando Liuva iba a colocar el batido delante de ella, Elia extendié la mano y empujé el vaso hacial el pecho de Liuva.

“Mejor no, sefiorita Liuva. ;Cémo podria atreverme a beber algo que usted ha tocado? Y menos atin si lo ha hecho usted misma, tengo ain menos razon para beberlo. ;Qué tal si, como la Ultima vez, hay algo raro en la bebida y ni siquiera sé como mori? ;No es asi, sefiorita Liuva?”

La expresion de Elia era aparentemente sonriente, pero en realidad era fria y cortante.

No lo dijo directamente, pero sus palabras eran suficientemente claras: la droga en la bebida del hotel habia sido obra de Liuva

Asier miré hacia Elia y, al ver la hostilidad en sus ojos hacia Liuva, de repente entendié que la droga en la bebida no habfa sido puesta por Elia, que no habia sido ella quien habia drogado la bebida con la intencion de juntarlo con Liuva.

Era Liuva quien, con astucia, habia vertido la pocima en su propio vino, con el fin de seducir a su presa. Ella misma bebié de la copa envenenada, disipando asf cualquier sospecha que él pudiera albergar hacia ella. Con esa maniobra, logré que él también bebiera y, en el momento justo, irrumpi6 en su habitacion.

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