¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1109

Capitulo 1109

"iPapé es un malvado, no nos lleva a buscar a mama, hmph!” Abel volvié a soltar esas palabras con su

carita encantadora

"Si, papa es un malvado, ya no nos gusta, jpapé no vuelvas, quédate afuera con mama!” Joel cruzé los brazos con una actitud traviesa y desafiante.

Elia se alarmo, era una cosa tras otra, y rdpidamente se dirigi6 a los nifios y dijo: “Hace unos dias mama estuvo en el hospital, y ustedes tenfan que ir a la escuela, no habfa manera de vernos”, “Colguemos, ahora vamos a volver a Villa Serenidad”, dijo Asier con su voz grave y resonante. "Entonces deben regresar rapido, los estamos esperando”, Abel aconsejé en el tltimo segundo antes de que se cortara la llamada.

La videollamada se desconectd y las caritas tiernas y dulces de los cuatro pequefios desaparecieron de la pantalla del celular.

Pensando en que los nifios aun la estaban esperando Elia no esperé a que Asier hablara, y dijo: “Voy a decirselo a mi mama y nos vamos ya.”

En Villa Serenidad, después de colgar la videollamada, Abel y su hermano Joel se miraron y sonrieron, levantaron sus pequefias manitas y se chocaron las palmas, mientras sus ojos infantiles centelleaban de alegrfa.

Fabio vio a los pequefios hacer eso y se quedd un poco confundido, se qued6 mirdndolos sin entender al principio. ;Para qué se daban esas palmaditas?g2

De repente recordd lo que habian dicho en la videollamada y tuvo una epifania.

Los nifios estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para que su papa y su mama volvieran.

Esos cuatro chiquillos, tan pequefios y ya eran tan astutos, pensaban tan rapido. Abel incluso habia actuado de forma tan convincente con Joel. ;Qué seria de ellos cuando crecieran? Pensé Fabio.

Elia le dijo a Rosalinda que en ese momento tenia que ir a Villa Serenidad a estar con los cuatro nifos. Rosalinda entendié perfectamente cémo se sentfa y rdpidamente le dijo: “Ve, ve, ya es hora de dormir, yo también me voy a acostar.

“Mm-hm, regreso mafiana por la tarde, a ver si puedo traer a los nifios de vuelta”, dijo Elia.

“Si, claro, seria genial que pudieras traer a los nifios”, Rosalinda también extrafaba a los nifos. “Bueno, entonces duerme bien, me voy ya, lldmame si necesitas algo”, dijo Elia.

Luego, Elia y Asier se pusieron en camino.

El conductor manejaba con cuidado, Elia y Asier iban sentados en el asiento trasero en silencio, un silencio tan pesado que hacia dificil respirar.

Elia miraba por la ventana del coche, observando el paisaje para distraerse de la incomodidad.

El conductor manejaba con estabilidad, muy diferente a la tension fria que Asier habia tenido antes. En ese momento, parecia que Elia habia logrado calmarlo un poco, para alivio del conductor.

No tardaron en llegar a Villa Serenidad, y Elia fue la primera en salir del coche en cuanto se detuvo. Los nifios habfan estado esperando a Elia, y al ofr el sonido del motor en el patio, salieron corriendo 14:25 #1

Capitute T

Apenas bajé del coche, Elia vio a los cuatro pequefiitos rodar hacia ella como pelotas

"Mama!"

Los pequefios gritaron al unisono, corriendo hacia ella y lanzandose a sus brazos.

Elia casi pierde el equilibrio con el impetu de sus hijos, pero en su rostro aparecié una sonrisa “Mis amores, mama los extrafiaba tanto”.

"Uh, nosotros también extrafidbamos a mama“, Joel froté su cabecita contra el estémago de Elia, mostrando su carifio y afioranza.

Justo cuando Elia iba a abrazar a Joel, Asier agarré el cuello de la camisa del nifio con su mano grande y lo alejo: “jAlejate un poco de tu mama!”