¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1080

Capitulo 1080

Jimena estaba confundida, no entendia que relacién podia haber entre Ramiro y Sergio.

Elia, viendo la cara de sorpresa de Jimena, solt6 un suspiro profundo y empezé a explicar.

Al terminar, Jimena tuvo una epifania: “Ah, ya entiendo! Entonces Ramiro es el mejor amigo de Sergio, como td y yo.”

Elia asinti6 con la cabeza.

Jimena mir a Elia con los ojos muy abiertos y pregunté: “; Quieres decir que el deseo de Sergio antes de morir era que tu te alejaras de Asier? ;Y que Ramiro esta intentando cumplir ese deseo de Sergio?”

"Si, es eso,” respondio Elia.

Eso fue lo que Ramiro le habfa insinuado en sus conversaciones, y asf lo habia interpretado Elia. Ademas, Sergio habia expresado varias veces su deseo de llevar a Elia a un lugar donde Asier no pudiera encontrarlos. En aquel entonces, para que Sergio la olvidara y empezara una nueva vida, y que pudiese enamorarse de otra mujer, Elia habia rechazado rotundamente su propuesta.

Siendo Ramiro el mejor amigo de Sergio, era légico que Sergio le hubiera confiado su deseo de llevarse a Elia.g2

Por lo tanto, después de la muerte de Sergio, Ramiro queria cumplir con ese tltimo deseo.

"Visto asi, ya me queda claro. Parece que Ramiro es un hombre de palabra y leal, tengo que conocerlo si tengo la oportunidad.”

Jimena se calmé y ya no sintié tanta curiosidad.

Podia entender la accion de Ramiro; si hubiera sido ella, también hubiera querido cumplir los deseos de

un amigo.

“El esté en el extranjero, va a ser dificil que lo conozcas,” dijo Elia.

"¢No volvié con ustedes?” pregunté Jimena, sorprendida.

Elia negé con la cabeza y recordé los gritos de Ramiro en el helicdptero; un dolor y culpa la invadieron, sintiéndose responsable por sus heridas

A las siete de la noche, Asier regres a Villa Serenidad, donde los cuatro nifos estaban jugando con sus juguetes en el sofa.

El imponente aire de Asier llené la habitacién, y los cuatro nifios se giraron para ver su alta figura entrar.

Los pequefitos, con sus ojos inocentes, primero se quedaron paralizados, luego sus rostros se iluminaron. Soltaron sus juguetes y corrieron hacia él con sus pequefas piernitas.

“Papa, donde estd mama?” Iria, la primera en llegar, se lanzo a las piernas de Asier, abrazandolas y levantando su cabecita para mirarlo con esos ojos brillantes y tiernos.

Joel también se acerco, tirando del pantalon de Asier y pregunté: “Papa, ;por qué mama no volvid contigo?”

"Quiero a mama..." Inés se detuvo a un paso de Asier, buchereando y con lagrimas girando en sus ojos. Siempre habia sentido temor hacia Asier, y no se atrevia a acercarse por iniciativa propia. Capitulo 1080

Su apariencia fragil y temerosa despertaba compasion.

Abel también se acerc6, quedandose junto a Ines. No era la timidez lo que lo mantenia alejado de Asier, sino un aire de distanciamiento.

“Papa, jadonde llevaste a mama cuando nos fuimos a dormir?” pregunté Abel directamente, frunciendo el cefio en sefial de descontento.

Al escuchar a los cuatro nifios preguntar por su madre, Asier sinti6 un peso en el corazén y una mezcla de dolor y furia apareci6 en su rostro. Bajo la mirada hacia Iria y Joel, cuyos ojos inocentes y limpios lo miraban con esperanza.

Asier contuvo su ira, se agachd, levanto a Iria y pellizco suavemente su mejilla regordeta, diciendo con una voz baja y profunda: “;No estas contenta de ver a papa, eh?”

Iria fruncia sus labios rojitos de forma encantadora mientras miraba a Asier con ojos llenos de inocencia y le decia con su vocecita dulce: “Quiero estar con papa y mama. Me gusta papa, también me gusta mama. Ayer, mama nos llevd de paseo, y yo no paraba de preguntarme por qué papa no venia con nosotros.”

Las palabras de Iria eran como azUcar, suavemente tiernas y encantadoras, capaces de derretir cualquier corazén, transformando la tristeza en alegria.

Asier sinti6 como el enojo y la frustracion que llevaba dentro se disolvian con esas dulces palabras de Iria.

Los nifios no solo querian a su mama, sino que también tenian un carifio especial hacia su pap3, Asier. A pesar de que Elia se los habia llevado, en sus corazones siempre habia un espacio reservado para él.