¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
Capítulo 1058

Capitulo 1058

dbia bebido y Asier no retiraba el vaso de agua, una se resistia a beber y el otro insistia en que

Elia no lo hiciera.

Con la mano que sostenfa el vaso, Asier apreté un poco mas el vaso y con la otra mano lle

a sus labios. Ella se negaba a abrir la boca, asi que él usé el sorbete para entreabrir sus obligarla a sostenerlo.

“Bebe, no solo tienes los labios hinchados y agrietados, necesitas hidratarte,” dijo Asier con u baja y magnética.

Elia, que originalmente se habia mantenido firme frente a él, no queria beber el agua que él le ofrecia, pero él era tan autoritario que le metié el sorbete en la boca.

;Acaso ya ni siquiera podia decidir si queria beber agua o no?

Los ojos de Elia, llenos de lagrimas, lo miraban enojados, fijandose en la profundidad de sus ojos, esos 0jos claros que emitian una autoridad que no admitia rechazo.

iY parecia haber también algo de... nerviosismo!

;Era su imaginacion?

“Bebe, puedes estar enojada con quien quieras, pero no debes jugar con tu salud,” insistié Asier con su mirada fija en ella, tratando de convencerla para que bebiera.g2

Elia frunci6 sus delicadas cejas, su respiracion se agitaba ligeramente. Aunque estaba enfadada, lo que él decia tenia sentido. Castigarse a si misma por los errores de otros era la decision mas tonta. Mordié el sorbete y aspir6 fuerte. El agua tibia llené su boca, suavizando su garganta seca y haciéndola. sentir mucho mejor.

En realidad, tenia mucha sed y no podia dejar de beber, vacié el vaso de un solo trago.

Incluso se atraganté por no poder tragar lo suficientemente rapido.

"Cof, cof, cof...” Elia solt6 el sorbete y comenzo a toser, y con cada tos, sentfa un dolor en el estdbmago. que la hacia llevarse las manos instintivamente a protegerse, frunciendo sus hermosas ceja

Asier, viendo su gesto, rédpidamente presion6 el botén para llamar a la enfermera, su rostro estaba tenso y la preocupacion era evidente en sus ojos.

Mientras Elia tosia, una mano célida se pos6 de repente sobre su pecho. Ella contuvo la respiracion, el panico la invadié pensando que Asier iba a hacer algo inapropiado, y su cuerpo se tenso.

Al segundo siguiente, la mano de Asier comenz6 a darle palmaditas suaves en el pecho, ayudandola a recuperar el aliento: “Te dije que bebieras, no que te apuraras tanto. ;No puedes ir mas despacio? Nadie te esta quitando el agua.”

Su voz grave sonaba mientras fruncia ligeramente el cefio, reprendiendo a Elia pero con un tono suave. Elia, escuchando su regafio, se sorprendié un poco.

Sus palabras y su tono no eran como su intimidacién previa, sino que parecian estar llenos de preocupacion.

La preocupacion era tan intensa que se transformaba en una reprimenda seria.

;El se preocupaba por ella?

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Capitu

Ja, ;c6mo podria él preocuparse por ella? Seguro que estaba mas preocupado por el nifio que llevaba

en su vientre

Despues de tantas decepciones, Elia ya no se atrevia a sofar, y mucho menos a esperar un indicio de pledad o cuidado de parte de Asier.

"¢No fuiste ti quien me dijo que bebiera?” Elia le respondié.

Te dije que bebieras lentamente, no que lo hicieras tan rapido” replico Asier.

Elia:

Esta bien, ti ganas, tu tienes la razén, no puedo discutir contigo.

Pero beber agua es asunto mio, atragantarme también es asunto mio, ;qué te preocupa tanto? Tras el sonido del timbre, el médico lleg6 apresuradamente.

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